Thursday, June 27, 2013

FRASES DE MONS. ROMERO—II

 

L’Osservatore Romano publicó un diseño de la portada de su sección femenina con una novedad: Se muestra la cara de un hombre, la de Monseñor Oscar Romero. “El retrato de Romero es un homenaje a sus palabras” en honor “a la maternidad, al papel de la mujer como madre”, dice Lucetta Scaraffia, del periódico oficial de la Santa Sede. El artículo publicado en esa edición cita las palabras de Monseñor Romero, en las que dice:
No todos … tendrán el honor de dar su sangre física, de ser matados por la fe; pero sí, pide Dios a todos los que creen en Él, espíritu de martirio, es decir, todos debemos de estar dispuestos a morir por nuestra fe aunque no nos conceda el Señor este honor, pero sí estamos dispuestos para que cuando llegue nuestra hora de entregarle cuentas, podamos decir: Señor, yo estuve dispuestos a dar mi vida por ti. Y la he dado, porque dar la vida no es sólo que lo maten a uno; dar la vida, tener espíritu de martirio, es dar en el deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en ese silencio de la vida cotidiana, ir dando la vida, como la da la madre que sin aspavientos, con la sencillez del martirio maternal da a luz, da de mamar, hace crecer, cuida con cariño a su hijo. Es dar la vida.
Scaraffia explica que las palabras citadas “son similares a las que a menudo ha pronunciado el Papa Francisco en sus homilías diarias, en las que recuerda con afecto y admiración a las abuelas y madres que transmiten la vida en común y la fe a sus hijos y a sus nietos”. Pero, nos preguntamos: ¿son éstas las palabras de Monseñor Romero, y es certero el significado que el artículo les da? En este Año de la Fe, estudiamos los sermones y las enseñanzas de Mons. Romero para buscar una comprensión más completa de su teología y la filosofía. Por tanto, hacemos una revisión del contenido y el contexto de las palabras de Romero sobre el martirio cotidiano mencionado en este artículo.
En primer lugar, las palabras son expresiones auténticas de Monseñor Romero. El obispo mártir pronunció estas palabras en una misa en honor a Nuestra Señora de Fátima en mayo de 1977 explicando el espíritu de sacrificio y martirio inspirado por la Virgen. “Al encuentro de esta Iglesia peregrina dispuesta al martirio, al sufrimiento”, dijo monseñor, “sale María para decirnos en la visión del Apocalipsis, que ella es el signo de las almas valientes”, que están dispuestas caminar hasta el martirio en el nombre de Cristo. Además, las palabras citadas de Mons. Romero tienen gran similitud con las palabras del Papa Francisco, sobre todo, en su «Angelus» del 23 de junio de 2013. Dijo en esta ocasión  el Pontífice:
Hoy tenemos más mártires que en los primeros siglos. Pero también está el martirio cotidiano, que no comporta la muerte pero que también es un “perder la vida” por Cristo, cumpliendo el propio deber con amor, según la lógica de Jesús, la lógica de la donación, del sacrificio. Pensemos: ¡cuántos papás y mamás cada día ponen en práctica su fe ofreciendo concretamente su propia vida por el bien de la familia! Pensemos en esto. ¡Cuántos sacerdotes, religiosos y religiosas desarrollan con generosidad su servicio por el Reino de Dios! ¡Cuántos jóvenes renuncian a sus propios intereses para dedicarse a los niños, a los minusválidos, a los ancianos! ¡También estos son mártires, mártires cotidianos, mártires de la cotidianidad!
Como podemos ver, estas palabras del Papa Francisco son muy similares a las declaraciones de Mons. Romero en la cita mencionada anteriormente. Por lo tanto, el uso de esta frase de Mons. Romero, sobre el “martirio de la vida cotidiana”, en L’Osservatore Romano, es una cita auténtica y fiel de sus palabras tanto en torno a su contenido como a su contexto.

Anteriormente:

Frases de Mons. Romero—1° Parte

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